
Ebrio de tan solo observar la inmensidad de este sentir que me embarga y me deja
fuera de combate con un solo atisbo de su poder, una brisa, tan solo un aire que permite hasta al más iluso darse cuenta de que esas sensaciones que recorren tus vértebras una por una dejan caer ese frío capullo de dolor… si alguien así lo quisiera podría negarse de todos modos, pero no es así. La negación de por si va sujeta a ese miedo natural que desarrollamos al darnos cuenta de lo que ganamos y perdemos, pero si hemos perdido toda una vida y lo único que ganamos es dolor, es comprensible dejar de creer y sentir desconfianza de todo lo que nos rodea, pero será un hecho que en cualquier momento seremos presa de nuestra angustia a causa del no saber que es y que no es, no poder distinguir la realidad separando la verdad de la mentira…si es que en realidad alguno de nosotros sabe que es mentira y que es verdad en realidad…no me hablen de moral por que mi primera aseveración será decirte en tu cara que no posees la suficiente para darme cátedra sobre un montón de juicios valoricos que has recopilado lo largo de tu vida…solo patrañas burdas creadas por un concepto de realidad material…que pretenden demasiados al venir hasta acá en busca de redención y buena voluntad, aquí no la encontraran, este es el lugar donde han caído plebeyos y han nacido emperadores, donde han muerto los imperios y han surgido las aldeas, quizás te haya costado llegar hasta aquí, pero si cuentas tus pisadas hacia atrás te darás cuenta de que no recorriste ni siquiera la mitad del camino, te darás cuenta de que solo has dado el primer paso para la desavenencia futura, pero ese es el gran paso para asumir con olvido la marca del recuerdo…tiempo al tiempo.
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